Porcelanato, cerámica…hay alguna diferencia.

Porcelanato, cerámica…hay alguna diferencia

Muchas son las personas que confunden el porcelanato con la cerámica y viceversa, lo cual es lógico porque ambos pertenecen a la misma familia.

Siendo la cerámica un arte tan antiguo como la civilización es fácil suponer que a lo largo de todo este tiempo han habido un sin fin de combinaciones, mutaciones, cambios y grandes diferencias dentro de todas sus versiones.
Por eso, son muchos los que hoy en día piensan, mmm porcelanato, cerámica…hay alguna diferencia.

La respuesta es un absoluto Sí.

Porque como bien dijimos son familia pero no gemelos. Por lo tanto estas diferencias, aunque no son extremas, son las que hacen que el beneficio que obtiene el cliente se vea reflejado en el precio que paga por cada una.

Para entender mejor de que les hablo, comencemos a conocer sus diferencias.
Porcelanato, cerámica...hay alguna diferencia.

Foto cortesìa Pexels

Resistencia al agua

Ambas son resistentes al agua. Sin embargo, las baldosas de porcelanato tienen un nivel mayor de resistencia y esto es algo que conoce bien la Agencia de certificación de baldosas de porcelana o como se le conoce en sus siglas en inglés (PTCA).

La PTCA fue creada simplemente para llegar a un consenso entre los fabricantes de cerámica y los de porcelanato en Norteamérica, donde definieron como una de las grandes diferencias entre ambos tipos, el nivel de resistencia al agua.

Dejando la definición de impermeable para cualquier tipo de cerámica y definiendo como resistente al agua al porcelanato.

¿Cúal es la diferencia?

Que el porcelanato dado a sus caracterìsticas logra una impermeabilidad de 0,5 por ciento o menos en el nivel de absorción de agua.

¿Cómo logran comprobar esta teoría?

Muy fácil, hacen una prueba a cada grupo de 5 láminas de cada lote fabricado por la empresa de porcelanato.

La prueba comienza pasando cada lámina por una báscula para conocer su peso.

Luego se lleva a hervor durante 5 horas y transcurrido ese tiempo se deja reposar en agua por 24 horas más.

Una vez cumplido este tiempo se vuelve a pesar la lamina y si esta pesa menos de la mitad del uno por ciento, que tiene de más por haber absorbido agua, entonces esta lámina obtendrá la nominación de Porcelanato…algo así como el nombramiento de Caballero por parte de la legendaria reina de Inglaterra.

Porcelanato, cerámica...hay alguna diferencia.

Pero, porque el porcelanato logra esta distinción y la cerámica se queda sin ella

Todo viene desde el momento de fabricación.

Como te he explicado en oportunidades anteriores las láminas de porcelanato son hechas de arcilla, cerámica, caolín (arcilla blanca), cuarzo y feldespato (mineral de la corteza terrestre) lo que hace que cada lámina sea más pura.

A esto le sumamos que cada lámina  de porcelanato es llevada a temperaturas que oscilan entre 1.200 a 1.400 grados centígrados para su elaboración. Una vez lista es rectificada cada una de ellas con la intención de que quede lo más perfecta posible.

Es decir, se toma lo mejor de la tierra, se lleva al punto extremo a través del calor y luego usando el agua, se busca llevarlo lo más cerca de la perfección.

En conclusión, los pisos de cerámica son la raíz, algo así como los primeros dibujos en piedra del hombre que dieron pie a que llegara Miguel Ángel y nos deleitara con la Creación de Adán.

Por eso cuando vea un piso de porcelanato esté consciente que va a pagar por un poco de arte que estará en el suelo de su hogar.

Foto principal cortesía: Pewen Pisos y Jean van der Meulen  en Pexels